¿Si te da paz es voluntad de Dios?

Popularmente se ha creído que el sentimiento de paz es la brújula infalible para discernir la voluntad de Dios. Tanto es así que se ha convertido en un criterio esencial para la toma de decisiones que supuestamente reflejan el deseo divino. Pero por muy extendida que esté esta enseñanza, no tiene un fundamento bíblico sólido y, lo que es peor, puede ser peligrosamente engañosa.

Es cierto que la Biblia habla de la paz que proviene de Dios. Se nos dice que Él es un Dios de paz (1 Cor. 14:33; 1 Tes. 5:23), que estamos en paz (reconciliados) con Él por medio de Cristo (Rom. 5:1), que su paz guarda nuestros corazones en medio de la ansiedad (Filp. 4:6-7) y que nos fortalece en tiempos de dificultad (Jn. 14:27). Sin embargo, en ninguna parte de las Escrituras se nos enseña que la voluntad de Dios se discierne a través de una sensación subjetiva de paz o tranquilidad.

Es cierto que podemos experimentar paz al hacer lo que es bueno delante de Dios, pero ese no siempre será el caso. Moisés se sintió inseguro (Éx. 3:11-12; 4:10-13), Gedeón tuvo miedo (Jue. 6:36-40), Jonás se resistió a obedecer (Jon. 1-4), Jeremías se sintió abrumado (Jer. 20:7-9, 14-18), Pablo experimentó temor mientras cumplía la voluntad de Dios (2 Cor. 7:5) e incluso Jesús sufrió una angustia extrema al someterse a su Padre (Mt. 26:38).

A veces, la voluntad de Dios no solo desafía nuestros deseos y emociones, sino que incluso puede generar inquietud y sufrimiento. En lugar de depender de una paz subjetiva como criterio, la Biblia nos dice que la voluntad de Dios se comprende a través de una mente renovada por la Palabra (Rom. 12:1-2) y que siempre tiene que ver con nuestra santificación (1 Tes. 4:3). Así, si tu decisión proviene de una mente renovada y produce santificación, entonces es evidente que Dios esta presente en ese deseo.

Pero si basamos nuestras decisiones únicamente en una sensación de paz interna, corremos el riesgo de hacer siempre lo que nos resulta cómodo y agradable, en lugar de lo que verdaderamente agrada a Dios. ¡Cuidado!

@graciayverdadpy